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Los pasados de Algeciras


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Arqueología y Patrimonio



El museo municipal de Algeciras va a organizar a partir de la semana que mañana comienza un ciclo de conferencias que dará a conocer los descubrimientos que se han realizado en las excavaciones arqueológicas que se han desarrollado en la ciudad en los últimos años, especialmente prolijos en prospecciones. Rafael Jiménez Camino, arqueólogo municipal de la localidad, se ha encargado de coordinar un programa en el que contrastados expertos en la materia analizarán las principales investigaciones y novedades de los yacimientos más importantes o representativos de tres periodos históricos, la prehistoria, la etapa romana y el mundo medieval.

El ciclo -que se desarrollará en la sede de la Fundación de Cultura con citas que comenzarán a las 20.00 horas- comienza el próximo jueves con la conferencia que Vicente Castañeda ofrecerá sobre el yacimiento de Algetares, única excavación reciente de paleolítico antiguo que se ha producido en la ciudad.

"El colegio nuevo de San García está construido sobre lo que era el yacimiento, que reveló un conjunto de tallas, de herramientas prehistóricas, si bien no se encontraron ni estructuras ni resto humano o animal", detalla Jiménez Camino. Castañeda dirige un grupo de investigación de la Universidad de Cádiz sobre los primeros poblamientos en el área del Estrecho que en la actualidad está estudiando todo ese material, "miles de fragmentos" sobre la Algeciras más remota.

Posteriormente será ocasión de conocer la Algeciras de época romana a través de la información aportada por el yacimiento de la calle San Nicolás, donde se excavó de 1998 a 2004. Darío Bernal, cuyo grupo de investigación de la Universidad de Cádiz trabaja de forma permanente en Baelo Claudia, ha estudiado San Nicolás y que realiza un proyecto sobre las artes de pesca en Pompeya, tomará la palabra el miércoles 6 de mayo para dar la charla El garum de Iulia Traducta.

"Ese yacimiento es muy interesante porque tiene una cronología dilatada, es la parte que coge una factoría de salazón actualmente de interés cultural y además es la única parte conocida de la supuesta ciudad de Iulia Traducta. La excavación era tan grande que ha dado para múltiples líneas de investigación. En breve vamos a sacar una monografía que hablará seguramente de la colección numismática que alcanza, las 2.000 monedas encontradas en el yacimiento, de gran interés para estudiar la circulación monetaria en el bajo imperio. Tiene niveles bizantinos, que es otra de las novedades interesantes de la excavación porque Algeciras es una de las pocas ciudades donde se puede estudiar el asentamiento de los bizantinos en la península junto con Ceuta, Cartagena y Málaga. Se hizo un estudio muy interesante de los restos tanto de pescados como de moluscos, que ha dado también importantes novedades, como por ejemplo conocer el cultivo de ostras en ese momento, en el siglo VI", instruye el arqueólogo municipal algecireño.

El ciclo concluirá con la revisión de la Algeciras medieval, de moda por la reciente apertura al público del parque meriní. De esas ruinas versará la conferencia que impartirá el lunes 25 de mayo José María Tomassetti, uno de los directores de las intervenciones en el yacimiento.

"Era necesaria una explicación de las últimas excavaciones y de las importantísimas novedades", afirma Jiménez Camino. "La evolución de las murallas es mucho más compleja de lo que se tenía pensado. Son elementos expuestos a los asedios. Todo ese desgaste ha hecho que haya miles de reparaciones y de recintos superpuestos. Creemos que hay una base medieval, meriní o nazarí, y una parte cristiana, lo que era completamente desconocido".

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Fallece el insigne dirigente guerrillero comunista, Adelino Pérez Salvá

Fallece el insigne dirigente guerrillero comunista, Adelino Pérez Salvá

El "camarada TEO", nació en Vilallonga (Valencia), el 17 de Enero de 1917. En Julio de 1936, año en que tiene lugar el alzamiento militar contra la República, TEO tenía 19 años y fué uno de los primeros voluntarios de la JSU (Juventudes Socialistas Unificadas) que se alistó para defender la legalidad democrática, participó en su defensa desde el primer día en Guadarrama, en 1937 entra en la Escuela de Formación de Guerrilleros de Benimamet (Valencia), de allí fué destinado al XIV Cuerpo del Ejercito de la República donde llegó al grado de Sargento. En 1939, al haber vencido el alzamiento fascista, TEO, como tantos otros españoles que habían combatido por la libertad, tuvo que exiliarse en Francia, estalla la IIª Guerra Mundial y allí volvió de nuevo a tomar las armas para enfrentarse contra la ocupación nazi. Participa activamente en primera línea de fuego en la resistencia francesa de la cual forman parte un gran número de republicanos españoles, TEO adquiere gran experiencia en la guerrilla y demuestra con creces su honestidad de comunista y su gran valía para la organización de las tropas. Terminada la guerra, en el exilio francés, es nombrado Comisionado del PCE para la organización de grupos guerrilleros en la zona de Levante, TEO entra de nuevo en España, vuelve a cruzar la frontera clandestinamente desde Francia y se funda la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), de la cual fué Responsable Político durante 14 meses.

Desde que se funda la agrupación guerrillera, compuesta casi en su totalidad por comunistas, la AGLA va cosechando con exito algunas victorias en diversas comarcas de Valencia, Castellón, Tarragona, Cuenca y Teruel. La AGLA llega a tomar el control de algunos pueblos y a la Agrupsción Guerrilera se le van sumando algunos destacados camaradas del PCE tales como Florián García Velasco "GRANDE" o como la guerrillera Remedios Montero "CELIA".

En 1952, el PCE cambia de estrategia y decide la retirada de las tropas guerrilleras, las cuales se extienden por todo el territorio español, el PCE le transmite a TEO las instrucciones para la retirada y TEO es el encargado de organizar con éxito la evacuación de la AGLA hacia Francia.

Durante toda la dictadura franquista, TEO estuvo trabajando en la organización de la resistencia antifranquista bajo la estrategia del PCE en cada momento y por diversos puntos del estado español.

Vuelve definitivamente a España en 1976 y fija su residencia en Gandia donde participa activamente en la reorganización del PCPV-PCE en la comarca de La Safor, al crearse Izquierda Unida, TEO se convierte en fundador de Esquerra Unida de Gandia, hasta el 29 de Marzo de 2009, día en que fallece el "camarada TEO", estuvo militando activamente en el Partido Comunista y en Esquerra Unida, dejando el ejemplo de la persona honesta y comprometida que siempre destacó en el y la experiencia de su larga historia de lucha por la libertad y la democracia.

Fuente:   Periódico  "La República"

Las tapadas cristianas

Las tapadas cristianas

La mayoria de las mujeres eran obligadas a contemplar el mundo a traves de celosías durante los rezos y sus labores. Alguna de ellas con un poco de ingenio, se tapaba la faz con un velo o con una capa para poder salir a la calle.  Así, anonimas e irreconocibles, paseaban las calles sin temor a las lenguas. Esta practica se extendio durante el siglo XVII entre la alta sociedad española, siendo conocidas ellas, las mujeras de tapada faz, "Las Tapadas". Estas prendas que usaban, generalmente de color negro, tenian como precedente cercano a las sábanas de color blanco, que a modo de manto usaban las mujeres moriscas.

El largo manto negro, pronto se convirtio en instrumento de galanteo, aventura y frenesí. En su elaboración se usaban gasas y tejidos transparentes, para ver sin ser vistos. Esta costumbre llego a tales extremos, que se propuso al rey, Felipe II, la demanda Pragmatica de 1585. Iniciado un intento de supresión, se dictó una multa de 3000 Maravedies a cada mujer que fuese tapada en público.

Esta demanda se renovó sin exito en el año 1594 , en 1600 ya con Felipe III, en 1639 con Felipe IV y otras varias durante el reinado de Carlos II, practicamente ignoradas por la sociedad que prefería el pago de la cuantiosa multa a verse sentenciada por el "¿Que dirán?"

La práctica del tapado se exportó a la América Imperial alcanzando gran fama "Las tapadas de Lima". En España el tapado sobrevivió hasta Carlo III, quién en 1770 La suprimió de modo definitivo con la prohibición de llevar mantos y mantillas bajo pena se durísimas sanciones, que comprendían entre carcel, tortura e incluso la muerte. Este últimno castigo, tan severo, fue impuesto con la escusa de que bajo una tapa cualquier mal servia, o sea que algo tenian que esconder. Con esta nueva ley, desaparece el tapado de España conocido como el Tapado de la Cristiana.

Fuente: Revista CLIO

Francisquete era el Tío Camuñas


Quizás a alguno de ustedes le hayan asustado, cuando eran niños, con la famosa frase: “¡qué viene el Tío Camuñas!”. También es posible que no usaran a este tipo como acicate para la obediencia, cambiándolo por el Hombre del Saco o quizás el Sacamantecas. En cualquier caso, seguro que conocen el dicho al que hacía referencia y que no es más que una forma de asustar a los pequeños para que hagan algo a lo que son reticentes. Dicho esto, voy a explicarles quién era el Tío Camuñas.

Su nombre real era Francisco Sánchez Fernández y nació en Camuñas, provincia de Toledo, en 1762. Ya saben ustedes de dónde le cayó el apodo. Murió en 1811 a manos del ejército francés, que lo fusiló por bandolero. En vida era conocido como Francisquete; lo del Tío Camuñas vendrá como consecuencia de lo siguiente. Él y su hermano fueron de los primeros en combatir al ejército napoleónico por la zona en la que vivían, una vez que estos habían dispuesto de España como si fuera suya, y en una de sus escaramuzas, la cosa no salió del todo bien y los franceses atraparon al hermano, colgándolo de las aspas de un molino.

La muerte de su hermano, unida al fallecimiento de un hijo y el contemplar día tras día cómo actuaban los franceses en sus tierras, le llevaron a reunir un grupo de unos treinta hombres con los que combatir al francés, usando las técnicas de guerrilla tan comunes en aquella guerra. Francisquete había sido correo años antes y montaba excelentemente a caballo, lo que provocó su enorme eficiencia en el combate de guerrilla que, como saben ustedes, se fundamenta en aparecer cuando menos se lo espera, matar más de lo que se temía y huir sin que haya tiempo de reacción.

Precisamente por su destreza como guerrillero, en el sentido literal de la palabra, los franceses comenzaron a utilizar la frase que protagoniza esta nota: “¡Qué viene el Tío Camuñas!”. Le temían más que a nada por aquellas tierras y a la menor sospecha, los napoleónicos soltaban este grito y se hacía el pánico por doquier entre los gabachos. Finalmente, el 12 de octubre de 1811, curiosamente el día en el que celebramos actualmente la Hispanidad, fue atrapado y acabó fusilado unos días más tarde.

Por lo tanto, salvo que ustedes sean franceses, no deben temer cuando usen al Tío Camuñas como amedrantador, por muy sanguinario que este fuera.

Fuente:

 

El castillo de Bairén (Valencia)

El castillo de Bairén (Valencia)

 

El castillo de Bairén, más conocido como el castillo de San Juán, se localiza a unos tres kilometros de Gandia (Valencia). Situado en su extremo oriental de la sierra del Monduver abre un amplio abanico de vistas panoramicas que abarcan desde Cullera por el norte hasta Denia en el sur.

                                                                Vista Castillo de Baién

En su estructura de aprecian dos estilos arquitectónicos diferente, el primero de claro origen Islámico y el segundo de origen Medieval. Se calcula que fue construido en el siglo X, epoca  de la caida del califato de Córdoba y inicio de los Reinos de Taifa, apreciandose restos de construcción Ibera y Romana.

Su importancia defensiva se denota al final del siglo XI epoca que, según narra un manuscrito de la época (siglo XII), aconteció una batalla entre las tropas mercenarias del Cid Campeador y Pedro de Aragón contro el ejército Almorávide del castillo.

En el siglo XII era una estación o parada de la ruta comercial de levante hasta que, según  la cronica (Llibre de dels fets), esta fortaleza fué invadida y conquistada por Jaime I de Aragón. El Castillo de Bairén, junto a los castillos de Palma, Borró, Villalonga y Vilella,  fue entregado en agosto de 1239. Sus pertenencias y territorios fueron repartidos en 1240, anotaciones inscritas en el Llibre del repartiment, siendo habitado hasta 1383 por varios alcaides

 

  castillo de borró                      Castillo de Borró    

                     castillo de Villalonga                   Castillo de Villalonga       

 

 

En 1340 se nombró al primer Duque de Gandia, Don Alfonso el Vell, mandando construir sobre las ya abandonadas ruinas  del castillo una ermita, bautizada con el nombre de San Juán, recalificación que desplazaría su nombre original.

En el siglo XVIII se suprime el culto en la ermita quedando definitivamente abandonado.

LA HISTORIA DE LAS FALLAS

 

Hacia mediados del siglo XVIII, las fallas eran un simple festejo incluido en el programa de actos típicos de la fiesta de San José (19 de marzo). Al amanecer del día 18 en algunas vías urbanas aparecian peleles colgados en medio de la calle de ventana a ventana, o pequeños tablados colocados junto a la pared, sobre los cuales se exponían a la vergüenza pública uno o dos muñecos (ninots) alusivos a algún suceso, conducta o personaje censurables. Durante el día, los niños y adolescentes recogían material combustible y preparaban pequeñas piras de trastos viejos que también recibían el nombre de fallas. Unas y otras eran quemadas al anochecer de la víspera de San José congregando en torno a la hoguera una amplia participación popular.
Al día siguiente era día de media fiesta y los carpinteros y los valencianos devotos acudían a los templos parroquiales para festejar a su patrono. En muchos hogares se celebraban fiestas onomásticas en las que se agasajaba a los Pepes con tortadas, buñuelos y anís. En suma, una fiesta popular y vecinal.
La primera documentación con la que contamos sobre las fallas, es un oficio dirigido al corregidor de la ciudad de Valencia para que prohibiera la colocación de los monumentos (especialmente los de tipo teatral) en las calles estrechas y junto a las fachadas de las casas. Como consecuencia de estas medidas de policía urbana (prevención de incendios) se obligaba a los vecinos a plantar fallas en las calles anchas, en los cruces de calles y en las plazas. Curiosamente, sin pretenderlo, una simple medida como ésta provocaría, a la larga, una importante transformación. Aunque las fallas seguían manteniendo una estructura horizontal y teatral en dos cuerpos (un tablado y una escena sobre el mismo), al colocarlas en el centro de una calle o plaza era preciso concebirlas de forma exenta, puesto que podían ser rodadas. Para verlas en su totalidad, había que darles la vuelta, y al liberarlas de su anexión a una pared, se liberaron también nuevas potencialidades constructivas y la necesidad de inscribir mensajes en todos sus lados.
Antorchas, hogueras, peleles y entablados, durante mucho tiempo recibieron el nombre de fallas, pero progresivamente se fue restringiendo el uso de esta denominación para referirse a las piras satíricas, es decir a aquellas que sobre un tablado exponían a la vergüenza pública los vicios o prejuicios imperantes. Eran estas fallas las que suscitaban expectación cada año y las que la población acudía a visitar masivamente. Consistían en una estructura prismática, generalmente cuadrangular, con armazón de madera, recubierta ornamentalmente con bastidores pintados, con lienzos o con paneles que ocultaban los materiales combustibles amontonados a su base. Los ninots o figuras que aparecían en el escenario se vestían con telas o ropas viejas. Estas fallas satíricas, al igual que els miracles de sant Vicent, se acompañaban siempre de unas hojas de versos que, colgadas como pasquines en las paredes próximas o en los bastidores del pedestal, desarrollaban la glosa rimada del tema que se escenificaba en la falla. A Mediados del siglo xix, al imprimir estos versos y editarlos en pequeños pliegos, dieron origen al llibret y, en consecuencia, se amplió considerablemente la posibilidad de desarrollar el argumento.

La característica peculiar de las fallas satíricas es la figuración de un hecho social censurable. Tienen un tema concreto y responden a una intención crítica o cuando menos burlesca. A diferencia de las simples hogueras y de las piras de trastos viejos, en ellas se representan escenas que aluden a personas, sucesos o comportamientos colectivos que los falleros consideran merecedores de corrección o dignos de irrisión. Dos temas ocuparon preferentemente a los falleros a mediados del siglo xix: la falla erótica y la crítica social.
En 1858, los falleros de la plaza del Teatro pretendían levantar una falla de movimiento con una alusión directa a las desigualdades sociales. Los versos eran de Josep María Bonilla. La falla fue prohibida por la autoridad, pero los falleros repitieron el tema al año siguiente. Por otra parte, con el nombre de falla erótica o tendencia anticonyugal, la prensa de la época designaba un tipo de fallas, muy abundantes, que eran prolíficas en alusiones picantes o escabrosas mediante un lenguaje plagado de equívocos y que reflejaba una mentalidad hedonista y procaz. Bernat i Baldoví escribió algunos llibrets que abordaban esta temática, pero tal vez el más conocido es el escrito por Blai Bellver para la falla de la plaza de la Trinidad de Xátiva en 1866, denominado La creu del matrimoni, que mereció una rotunda condena por parte del arzobispado.

Durante todo el siglo XIX, el Ayuntamiento y en general también las instituciones de autoridad, mantuvieron una actitud vigilante y censora ante las fallas. Esta política represiva, justificada por la necesidad de modernizar y civilizar las costumbres de la ciudad, pretendía erradicar los festejos p opulares (Carnaval y Fallas, entre otros), y se intensificó durante los años setenta al establecer gravosos impuestos sobre el permiso de plantar fallas o tocar música. Esta presión generó, como reacción, un movimiento en defensa de las tradiciones típicas y en 1885 la revista La Traca otorgó por primera vez premios a las mejores fallas. La iniciativa sería continuada por la asociación renaixentista Lo Rat Penat en 1887. Este apoyo explícito de la sociedad civil mediante premios, despertó un espíritu competitivo entre comisiones de vecinos, estimuló el fervor fallero y produjo una decantación esteticista, dando lugar a la falla artística. En ella no desaparecía necesariamente la crítica (incluso podía experimentar una radicación política), pero comenzaba a predominar la preocupación formal, constructiva y estética sobre el conocimiento del monumento.
Aunque con titubeos y timideces, en 1901 el Ayuntamiento de Valencia, tomó el relevo de Lo Rat Penat y otorgó los primeros premios municipales a las fallas. Eso sí, una vez pasadas las fiestas. Se trataba de dos pren dos: uno de 100 y otro de 50 pesetas. El clima social para esta intervención municipal no sólo era favorable, sino exigente. Y abarcaba todo un abanico amplio de organizaciones, que incluía tanto asociaciones culturales y recreativas, como valencianistas y deportivas, políticas y obreras, que potenciaron el desarrollo de las fallas durante la primera década del siglo. En reciprocidad con este apoyo social las fallas se decantaron cada vez más hacia la exaltación valencianista y se produjo una creciente fusión entre la fiesta fallera y la entidad valenciana. Desde principios del siglo xx, las fallas abandonaron la estructura dual (tablado/escena) y comenzó a desarrollarse una nueva concepción de las mismas, en el cual los ninots no eran ya la figura más impactante. La falla se componía ahora de la superposición de diversos elementos y niveles, fundamentalmente de tres: una base de escasa altura compuesta de repiés para las diversas escenas, un cuerpo central que servía de sustentación del monumento y un remate.

Este último solía consistir en una figura de grandes dimensiones constituida por un motivo alegórico capaz de condensar el tema que explayaban y glosaban las escenas inferiores.
El contenido de la falla no se hallaba ya inscrito solamente en una escena realzada por el tablado, sino que estaba latente en todo el conjunto escultórico y debía ser descifrado rodando la falla y recorriéndola con la mirada de arriba abajo. La falla ahora debía ser fastuosa, imponente, majestuosa y sugestiva, visible desde la lejanía.
Bajo la presión de los premios, las fallas adoptaron como ideal modélico la monumentalidad, la proporcionalidad y el barroquismo.
En 1927, la asociación para el fomento del turismo Valencia Atracción organizó el primer Tren Fallero. El acto tuvo tal éxito que la sociedad valenciana se volcó todavía más en las fallas, incrementando considerablemente el número de monumentos que se erigían. El crecimiento de la fiesta obligó también a una mejor organización. Así surgieron la Asociación General Fallera Valenciana y el Comité Central Fallero, que representaban a las comisiones y organizaban la fiesta.
En 1929, el Ayuntamiento creó un concurso de carteles para hacer promoción de las fallas y en 1932 se convirtió en la entidad organizadora y gestora de todo el programa de actos, instaurando la Semana Fallera. La mayoría de los monumentos eran obra de artesanoslartistas especializados que durante varios meses vivían para la construcción de los mismos en sus talleres y que se habían organizado en la Asociación de Artistas Falleros. Fue en estos años cuando las fallas se convirtieron realmente en la fiesta mayor de los valencianos.
El artículo publicado en 1935 y firmado por Y Llopis Piquer que lleva por título "Cómo se preparan las fallas" nos describe con cierto detalle cómo se confeccionaba una falla:
En ellas son los más importantes elementos: el cartón, el yeso y la cera, sin olvidar la madera de los bastidores ni la tela metálica cubierta de arpillera para las grandes masas.
Con estos sencillos materiales, los artistas valencianos compiten con los grandes y perdurables creaciones de la escultura, patentizando su valía con la erección de grandiosos monumentos.
La tarea más difícil y entretenida estriba en la confección de los moldes para las cabezas, moldes que saca el artista de un barro en el que plasma la efigie de una mujer o de un hombre según los casos, y que, vaciados en yeso, servirán para obtener una serie de cabezas en cera a las que bastará el aditamento de unos bigotes o la desviación de un ojo, o el añadido de un rictus a los labios para que dejen de ser humanas, yendo a constituir diversas personalidades dentro del conjunto de la falla.

Más fácil es la construcción de los cuerpos, para la que el cartón sujeto a moldes de yeso, a presión en mojado, da un margen admirable. Labor esta a la que se dedican los aprendices de todo artista fallero que se precie. Escultores de categoría volvieron a manejar el barro y un nuevo molde recogió el trabajo, saliendo una nueva encarnación humana, que, con su cortejo de desviaciones físicas y añadidos materiales, complementaban más y más, y así pudiéramos ir sucesivamente señalando el nacimiento de los diversos personajes de la falla, unos en su origen, múltiples en su apariencia e igual podríamos citar con referencia a las manos, pese a sus distintas actitudes. Difícil, muy difícil es el pintado de esa cera. Muy pocos aciertan a saber infiltrar con sus colores el aspecto de vida que requieren los tipos de una falla; más, a fuerza de estudio y de perseverancia, el milagro se efectúa. ¿Qué falta después de esto realizado? Montar los cuerpos metiéndoles dentro de un alma, esta vez de madera, para sujetar fuertemente materiales tan débiles como la paja, las telas, el serrín y la cera, y una vez en marcha y compuestas las personas, el mismo día de la plantá alinear junto a las paredes, mientras se clavan los bastidores y molduras a los muñecos, que en la oscuridad de la noche se confunden con la gente de verdad, llegando al observador a no saber distinguir entre lo real y lo fantástico.

¿Qué son las Fallas?

¿Qué son las Fallas?


El origen de la fiesta de las Fallas se remonta a la antigua tradición de los carpinteros de la ciudad, que en vísperas de la fiesta de su patrón San José, quemaban frente a sus talleres, en las calles y plazas públicas, los trastos inservibles junto con los artilugios de madera que empleaban para elevar los candiles que les iluminaban mientras trabajaban en los meses de invierno. Por ese motivo el día de la cremà (momento en el que arden los monumentos falleros) siempre coincide con el día 19, Festividad de San José.

En el siglo XVIII, las Fallas se reducían a piras de materiales combustibles que recibían el nombre de Fallas y quemaban al anochecer de la víspera de San José.

Estas Fallas fueron evolucionando y cargándose de sentido crítico e irónico, mostrándose sobre todo en los monumentos falleros escenas que reproducían hechos sociales censurables.

Sobre 1870 se persiguió duramente los festejos populares como el Carnaval y las Fallas. Esta presión provocó que en 1885 surgiera un movimiento en defensa de las tradiciones típicas, otorgando la revista "La Traca" premios a los mejores monumentos falleros. Este hecho provocó la competición entre los vecinos y dio lugar al nacimiento de la falla artística, donde no desaparecía la crítica, pero predominaba la preocupación estética.
En 1901, el propio Ayuntamiento de Valencia, otorgó los primeros premios municipales a las mejores Fallas. Este fue el comienzo de la unión entre el pueblo y el poder político, evolucionando con pasos agigantados esta fiesta popular en número, estructura y organización.
En 1929, se creó el primer concurso de carteles para hacer promoción a la fiesta y en 1932 se instauró la Semana Fallera. Fue en estos años cuando las Fallas se convirtieron en la fiesta mayor de la Comunidad Valenciana, llegando en la actualidad a quemarse más de setecientas Fallas entre grandes y pequeñas, sólo en la ciudad de Valencia.

Historia de Beniarbeig (Alicante)

Historia de Beniarbeig (Alicante)



Antigua alquería musulmana, que tras la conquista perteneció al conde de Sinarques. En 1535 su parroquia se desmiembra de la de Denia, junto a las de Beniomer y Benicadim, que acabaron por despoblarse, y se convierte en rectoría de moriscos. El 1643 pasa a jurisdicción del marqués de Denia. En el siglo XVIII una importante crisis económica deja la población en cifras inferiores a la que había antes de la expulsión de los moriscos de 1609. La crisis demográfica continuó a principios del siglo XX en el cual hubo emigración hacia Francia y Argelia. A mediados del siglo pasado se recibió alguna inmigración procedente de Andalucía.